30 oct 2012

Recomendaciones dietéticas para prevenir el cáncer


Los siguientes puntos son una síntesis de las recomendaciones preventivas que pueden contribuir a prevenir determinados tipos de cáncer y otras enfermedades crónicas; y en todo caso, también son útiles para seguir una dieta saludable.

·    Hacer principalmente dietas ricas en verduras, frutas variadas, legumbres y féculas

La evidencia de que las dietas ricas en verduras y frutas protegen contra el cáncer es clara, así como también legumbres y féculas poco elaboradas, aunque en este último caso la evidencia no es tan consistente. Ésta será una dieta con alimentos poco calóricos. Sin embargo, esta recomendación no significa que las dietas vegetarianas sean más protectoras que dietas que incorporen cantidades moderadas de carne.

·         Evitar el sobrepeso y la obesidad

Aquella persona con un índice de masa corporal entre 25 y 30 se considera con sobrepeso, mientras que cuando supera 30 se considera con obesidad.
El índice de masa corporal se calcula dividiendo el peso en kg por la altura en metros al cuadrado.
Por ejemplo, para una persona que pesa 65 kg y tiene una altura de 1 m 62 cm: 65 / 1,622 = 24,77 (por poco, pero no se considera sobrepeso).
Entre los tumores relacionados con la obesidad se encuentra el cáncer de cuello de útero, el de mama en mujeres postmenopáusicas y el de riñón.

·         Mantener una actividad física moderada

Existe la evidencia clara de que efectuar una actividad física moderada de forma  continuada puede contribuir a prevenir el cáncer de colon, además de ayudar a evitar el sobrepeso y la obesidadd. La actividad física que se recomienda consiste en caminar a paso ligero (6 km/h) una hora por día, tres veces por semana o más, o algún tipo de ejercicio similar.

·         Comer entre 400 y 800 gramos por día de frutas o verduras variadas


Estos componentes de la dieta aportan fibra y muchas vitaminas, minerales y otras sustancias bioactivas que pueden ser preventivas de diferentes tipos de cáncer. Entre los cánceres más importantes que pueden contribuir a prevenir se pueden citar el de cavidad oral y faringe, el de esófago, el de pulmón, el de estómago y el colo-rectal. Otros cánceres para los cuales la evidencia es menos sistemática son el de laringe, mama, vejiga urinaria y páncreas.
·  Comer entre 600 y 800 gramos diariamente de legumbres, cereales (grano), tubérculos y otros alimentos de origen vegetal

Las dietas ricas en cereales integrales y en legumbres posiblemente reducen el riesgo de cáncer de estómago, y las dietas con alto contenido en féculas pueden ayudar en la prevención del cáncer de colon. Hacer este tipo de dietas con cereales y legumbres aporta carotenoides y vitaminas C y E, que pueden proteger contra diferentes tipos de cáncer.
·         Evitar el consumo de alcohol. En el caso de que se consuma, se tiene que limitar a dos copas o menos por día en los hombres, y a una copa o menos por día en las mujeres

Diferentes estudios han mostrado de forma convincente que el consumo de alcohol aumenta el riesgo de sufrir cáncer de cavidad oral y faringe, laringe, esófago e hígado. Por otro lado, hay que tener en cuenta que es más probable que la persona que bebe también fume, lo cual multiplica el riesgo de sufrir cánceres como el de cavidad oral, de laringe y de esófago. Otros cánceres que posiblemente están relacionados con el consumo de alcohol son el de mama y el colo-rectal. Los beneficios de consumir pequeñas cantidades de bebidas con alcohol, como el vino, para prevenir algunas enfermedades cardiovasculares, hacen que el consumo recomendado se limite a una o dos copas al día de bebidas con contenido alcohólico.
·         Limitar el hecho de comer carne roja (ternera, cordero, cerdo) a menos de 80 gramos diarios. Es preferible comer pescado, pollo u otros tipos de carnes

Las dietas que contienen cantidades elevadas de carne roja (ternera, cordero o cerdo) o  basadas en productos elaborados a partir de estas carnes probablemente incrementan el riesgo de sufrir cáncer colo-rectal, y posiblemente aumentan el riesgo de sufrir cáncer de páncreas, próstata, mama y riñón. Sería conveniente que las calorías aportadas por este tipo de comidas no supere el 10% del total.
·         Limitar el consumo de grasa de origen animal y de los alimentos grasientos en general.

Las dietas ricas en grasa de origen animal posiblemente incrementan el riesgo de sufrir cáncer de pulmón, mama, colo-rectal, de endometrio y próstata. Por otro lado, hay que tener en cuenta que estas dietas incrementan notablemente el riesgo de obesidad.


·     Limitar el consumo de alimentos conservados en sal. Evitar comidas que se hayan podido estropear por estar mal conservadas

Estos alimentos probablemente incrementan el riesgo de desarrollar cáncer de estómago. Actualmente ha disminuido considerablemente el uso de la sal y de determinado tipo de conservantes, y tomar alimentos que los contengan, de forma ocasional, no supone ningún riesgo.
·         Evitar alimentos chamuscados. Comer sólo ocasionalmente carne hecha a la barbacoa, así como alimentos curados o ahumados

Las dietas compuestas por alimentos que en su cocción se chamuscan probablemente aumentan el riesgo de cáncer de estómago, y cuando se hacen en barbacoas o muy fritos posiblemente se asocian con un aumento de riesgo de cáncer colo-rectal. Este tipo de cocción produce aminas aromáticas que pueden ser carcinogénicas. Los alimentos ahumados pueden contener hidrocarburos policíclicos aromáticos que pueden ser carcinogénicos.
·   Las recomendaciones dietéticas anteriores hacen innecesario el consumo de suplementos vitamínicos

Seguir una dieta como la descrita hasta ahora hace que no sea necesario tomar ningún suplemento vitamínico. Es más, no se ha demostrado que cuando las vitaminas se toman como suplementos reduzcan el riesgo de desarrollar un cáncer.



·         No fumar

Está comprobado que el tabaco es un factor de riesgo en las enfermedades cardiovasculares, además de las afecciones asociadas los cánceres de pulmón, el infarto al miocardio, y el enfisema pulmonar.  No nos olvidemos del riesgo de úlceras estomacales y de reflujo ácido, así como de la enfermedad de las encías

26 oct 2012

Guía alimentaria para la prevención del cáncer


Como hemos comentado, en los últimos años se están realizando numerosos estudios sobre la relación dieta-cáncer, que en ocasiones han proporcionado datos contradictorios, por lo que es necesario continuar la investigación. Sin embargo, hay algunos puntos sobre los que hay bastante unanimidad y la modificación de algunos hábitos dietéticos, junto con otras medidas, pueden contribuir a la prevención de la  aparición de cáncer.

Pautas higiénico-dietéticas que podrían prevenir el cáncer:

   1. La dieta debe contener suficientes alimentos vegetales (frutas, hortalizas, cereales, especialmente integrales, y legumbres). Es aconsejable un mínimo de 400 g/día de frutas y hortalizas, que proporcionen más del 10% de la energía. Consumir variedad e incluir cítricos, coles, soja, tomate, ajo y cebolla.


   2. Al menos el 50% de la energía deben proporcionarla los cereales y los tubérculos. Los cereales serán de grano entero. Se aconseja especialmente el salvado de trigo. Es conveniente aumentar el consumo de fibra para mejorar la función intestinal y disminuir el tiempo de contacto de los carcinógenos con la pared intestinal.


   3. El aporte de energía proveniente de los azúcares debe ser < 10%.
   4. Consumir preferentemente pescado o aves, reducir la frecuencia de consumo y la ración de carnes (<    80 g) y limitar el consumo de alimentos en salazón, ahumados y curados, y conservas con nitratos.
   5. La ingesta de grasa debe limitarse a no más del 30% de la energía, con un predominio de grasas  insaturadas y hasta el 35% en caso de consumo mayoritario de grasas monoinsaturadas (aceite de oliva).


     6. Tomar con regularidad productos lácteos moderados en grasa e incluir el yogur
  7. Evitar las deficiencias en micronutrientes, prestando especial atención al aporte de antioxidantes (vitamina C, E, betacarotenos, selenio), así como al aporte de folato, calcio y cinc.



     8. El consumo de sal total debe ser < 5 g/día.
   9. Los alimentos perecederos deben consumirse en el día o almacenarse refrigerados o        congelados.
    10. No cocinar a temperaturas muy altas y preparar los alimentos hervidos o cocidos al vapor en lugar de   fritos o asados en parrillas.
     11. En caso de tomar alcohol no exceder los 2 vasos de vino al día.




24 oct 2012

Alimentación y cáncer


¿Qué alteraciones suelen padecer los enfermos oncológicos que más afectan a su alimentación?



-          Para estados de anorexia y trastornos del apetito:
1.    Comidas pequeñas y diversas tomas
2.    Variación de alimentos, platos y menús
3.    Alimentos de alto valor calórico y poco volumen (tamaño)
4.    Evitar los alimentos con escaso aporte energético.
5.    Evitar los líquidos en las comidas. Cuando se utilicen deben de aportar energía, como zumos, adición de leche en polvo, yema de huevo, mantequilla, etc.
6.   Las comidas deben hacerse cuando el paciente se encuentre de buen humor, junto con un ambiente familiar apacible y tranquilo.
7.    Evitar alimentos excesivamente grasos.
8.    Procurar que los platos no se vean muy abultados y que incluyan alimentos de todos los grupos
9.    Evitar los aromas y sabores fuertes, tanto en la preparación como en la degustación.

-          Trastornos del gusto y del olfato:
1.   Evitar siempre los alimentos de gusto y olor fuertes y penetrantes, como el café, brócoli, coliflor, sepia, etc.
2.    Servir los alimentos tibios, nunca demasiado fríos ni demasiado calientes.
3.    Evitar las salsas fuertes y preferir las suaves
4.   Procurar que los alimentos presentados tengan su sabor original, de forma que no se vean enmascarados por ningún proceso culinario.
5.    Es buena idea introducir sabores nuevos en los días en los que no se realice tratamiento

-          Para la boca seca:
1.    Elegir alimentos blandos, jugosos y húmedos.
2.    Añadir cremas, sopas, salsas a los alimentos sólidos.
3.    Escoger los alimentos templados.
4.    Aumentar el número de masticaciones de los alimentos
5.    Aumentar la higiene bucal

-          Boca y garganta dolorida:
1.    Elegir alimentos con texturas blandas y poco fibrosas, como son las sopas, cremas, purés, etc.
2.    Como la ingestión de los alimentos se produce de manera lenta y dolorosa, el paciente ingiere menor cantidad de alimentos, por lo que sería recomendable que se enriquecieran los alimentos con preparados farmacéuticos, yemas de huevo, queso fundido, etc. sin que aumente el volumen físico del alimento.
3.    Servir los alimentos a temperatura templada.
4.  Evitar los alimentos que generen escozor o picor, como los alimentos ácidos, salados, picantes, etc.

-           Para las nauseas y vómitos:
1.    Elegir principalmente alimentos secos: pan, galletas, magdalenas, etc. en las primeras tomas del día.
2.    Evitar beber durante las comida, es preferible dejarlo para después.
3.    Masticar de manera lenta y progresiva los alimentos.
4.    Tener en cuenta siempre los gustos del enfermo hacia los alimentos salados o dulces.
5.  La alimentación del paciente debe presentarse según la tolerancia/respuesta del paciente hacia los alimentos líquidos, semilíquidos, semisólidos o sólidos. No debemos dar al enfermo alimentos sólidos si su respuesta es negativa, deberemos retroceder a los alimentos semisólidos y así hasta que hallemos es estado óptimo.

-          Diarreas
1.    Evitar los alimentos con aporte de fibra, como los alimentos integrales, frutas y verduras.
2.    Comprobar la tolerancia/respuesta a la leche.
3.    Evitar los alimentos grasos y frituras.
4.  Realizar una dieta rica en alimentos astringentes, como el arroz, la manzana oxidada, el membrillo, patata, etc.
5.   Reponer los líquidos perdidos durante la evacuación, junto con la reposición de minerales, para ello es bueno el consumo de bebidas isotónicas, bebidas a base de limón, zumos naturales de frutas, té, etc.

-           Estreñimiento
1.    Aumentar el aporte de alimentos ricos en fibra como frutas con piel, verduras crudas, alimentos integrales, etc.
2.    Aumentar el consumo de agua.
3.    Realizar algún tipo de paseo después de las comidas principales.


-           Molestias gástricas
1.    Evitar los alimentos que producen digestiones pesadas como alimentos grasos, frituras, rebozados, empanados, legumbres, ensaladas, etc.


      Otra serie de recomendaciones más generales serían:

·        Modificación del horario, ofreciendo comidas más completas a las horas de mayor apetito, que suelen ser las matutinas, y fraccionando la toma el resto del día.
·     Comidas de poca cantidad pero muchas veces al día (6 a 10 tomas), con alimentos variados entre los que más le apetezcan.
·        Aumento del aporte de alimentos de mayor densidad energética, como los derivados de cereales (pan, sémola, tapioca, pasta), legumbres y mayor contenido proteínico (huevos, queso, fiambre) pero de poco volumen.
·        Enriquecimiento de la comida habitual añadiendo concentrado de proteínas en polvo o, de manera alternativa, leche en polvo. Tomar frutos secos o postres lácteos entre comidas. Añadir huevo duro rallado, carne picada, etc. a ensaladas o verduras.
·        Modificar la textura de los alimentos y utilizar con preferencia los líquidos y los alimentos jugosos de consistencia pastosa, que reducen el tiempo y el esfuerzo al comer.
·        Variar el tipo de alimentos y la forma de cocinarlos, ya que esto produce, sinó cansancio y aburrimiento. Hay que tener en cuenta que la comida es una estimulación para el paciente, por lo que hay que sorprenderlos y animarlos.
·        Si se despierta durante la noche puede tomar alimentos líquidos como, por ejemplo, leche, zumo, batido de frutas con leche, yogur batido, etc.
·   También puede beneficiarse de tratamientos para aumentar el apetito y/o del uso de suplementos nutricionales de venta en farmacias.  
·   Favorecer la compañía de amigos o familiares durante las comidas, ya que mejora el ambiente y proporciona confianza.
·        La forma de presentación de las comidas es muy importante, ya que estimula al paciente e incita a comer.
·       Adaptar la textura y consistencia de los alimentos a la situación de cada paciente. Suelen tolerarse mejor los alimentos al horno o hervidos. Los  fritos y rebozados producen saciedad precoz.



Una vez tenidas en cuenta estas recomendaciones, el personal que se encuentra al cuidado del paciente debe de comprobar que éste haya ingerido una cantidad de alimentos que se considere aceptable para su situación. No se debe forzar o insistir demasiado en que el enfermo coma, si no que los horarios,  maneras, texturas y cantidades deben ser como a él le apetezcan o agraden.

22 oct 2012

Alimentación y cáncer - Alimentos protectores frente al cáncer


-  Fibra: se le atribuye efecto protector por ejercer un mecanismo de secuestro de metabolitos potencialmente cancerígenos y por acelerar el tránsito gastrointestinal haciendo menor el tiempo de contacto de algunos metabolitos con el tejido intestinal.


-          Las frutas, vegetales, legumbres y hortalizas: Las dietas pobres en frutas y verduras han sido asociadas con cáncer de pulmón, laringe, esófago, estómago, colon, recto y páncreas. El papel que tienen estos antioxidantes es capturar y neutralizar las sustancias que son capaces de deteriorar macromoléculas de las células por medio de la oxidación.

-       Los fitoquímicos de la dieta: Son sustancias naturales presentes en las plantas y tienen por misión protegerlas contra agentes patógenos que pudieran perjudicarles. Además, impiden la activación de los peligros oncológicos responsables del cáncer. Actualmente cientos de fitoquímicos son reconocidos con impactos positivos en la salud humana. Podemos encontrar lignanos, taninos, flavonoides, antocianinos…
Tienen efectos protectores adicionales al ser ricos en fibras por lo que se les responsabiliza en la eliminación de estrógeno, factor desencadenante del cáncer de mama, pulmón, ovario, estómago y colon.
Como alimentos fotoquímicos encontramos: ajo, cebolla, cacao, té verde, soja, espinacas, lechuga, uva…


-          Relación de los fitoestrógenos con la dieta: La salud hormonal es la clave contra el cáncer de mama, ovario, útero, próstata y testículo. Tienen papel antioxidante en las plantas; en animales y humanos funcionando como antagonistas y sustitutos de los estrógenos. Por ello son considerados como estrógenos benignos y protectores.
Están en grandes cantidades en alimentos como el trigo, frutas, leguminosas y verduras.

-          Vitaminas y minerales: