Las vacaciones Navideñas son
una buena oportunidad para los más pequeños de comer en familia, pero también
es la época del año en la que el riesgo de que el niño acabe cogiendo unos
quilos de más, es mayor.
Por un lado, los niños
abandonan su rutina habitual, se levantan más tarde y disminuyen las actividades físicas. Por otro lado, aumenta la ingesta calórica, los
horarios de las comidas se modifican y los hábitos alimenticios se ven
alterados.
Entre las abundantes comidas
familiares y las interminables sobremesas con turrón, mazapanes y todo tipo de
dulces, parece complicado que los niños lleven una dieta sana y equilibrada
durante estas Navidades, pero a continuación te vamos a contar todo lo que
necesitas saber para “no bajar la guardia” y cuidar sus hábitos alimentarios.
Para que los más
pequeños de la casa puedan disfrutar de
la Navidad sin caer en excesos y sin perder su vitalidad, debemos seguir estos
fáciles consejos:
1.Empezaremos
con la lista de la compra: compraremos lo justo y necesario, evitando “caprichos” que puedan llevar a comer a
los niños a deshoras, evitando así posibles “tentaciones”.
2. Se
deberán respetar las 5 comidas diarias, evitando así los picoteos entre horas.
De esta forma, los niños no llegaran con demasiada hambre a las principales
comidas, y se evitaran los “atracones y
empachos”.
3. No te obsesiones con contar las calorías que toma tu hijo. Lo
importante es que haya un equilibrio en sus comidas. Se pude comer “un poco de todo”.
4. No te olvides del desayuno, aunque no haya clases. Es la
comida más importante del día. Las navidades son un buen momento para aprovechar y hacerlo en familia.
5. Durante estas fechas recuerda que
tus hijos deben comer frutas y verduras, de esta forma aseguraremos el
aporte vitamínico adecuado. Puedes aprovechar para darles fruta entre horas o
en el postre, combinándola con sus
dulces preferidos.
6. No olvides que a los niños les
atrae la comida, en primer lugar, por la vista, así que es importante que
cuides la presentación de los platos,
haciéndolos atractivos.
7. Intenta que beban dos litros de
agua al día y reduce el consumo de bebidas
azucaradas en las celebraciones.
8. En
las sobremesas, sustituye la bollería industrial por postres caseros. Aunque pases un poco más de tiempo en la cocina,
tu salud y la de tu hijo lo agradecerá.
9. Tan importante como cuidar el
consumo es poder quemar el exceso de calorías. Intenta que tu hijo haga ejercicio, que juegue al aire libre o
que pasee para quemar esos dulces de
más.
10. Por último, recuerda que la
Navidad es una fecha para disfrutar de
la comida en familia, así que concédele de vez en cuando un capricho a tu
hijo.
Es muy importante saber cuáles son los alimentos más
saludables en nuestra dieta y cuáles debemos limitar, pero también debemos conocer qué nos aporta
cada alimento.
A continuación, te ofrecemos una lista con los
alimentos típicos de estas fiestas y su información nutricional.
Foie
o paté: aunque es una fuente importante de proteínas, es muy rico
en grasa saturada y muy calórico, por lo que su consumo debe ser limitado.
Mayonesa:
es
muy utilizada como aderezo y para
acompañar a varios platos navideños (ensaladas, ensaladillas, marisco, etc.).
Está compuesta por un 90% de grasa, y
tiene un alto contenido en colesterol y calorías. Por eso, debemos consumirla
en cantidades pequeñas o bien, sustituirla por salsa ligera (light) u otro tipo
de aderezo.
El turrón: Sus dos ingredientes
principales son el azúcar, o en ocasiones la miel, y los frutos secos como las
almendras peladas y tostadas. Su composición les convierte en un dulce muy
calórico, pero con todos los beneficios de los frutos secos.
Los
mazapanes: Con su consumo, nos beneficiamos de las
propiedades de las almendras (ricas en ácido oleico, vitamina E, calcio,
magnesio, potasio…) pero, igual que el turrón, son muy calóricos y conviene
minimizar su ingesta.
Los mantecados: Se componen
principalmente de cereales, manteca de cerdo, harina, azúcar y, en ocasiones,
de frutos secos como la almendra y algunas especias. Son muy energéticos y
ricos en grasas saturadas, conviene no abusar.
Bombones: el
chocolate favorece la sensación de bienestar por sus efectos euforizantes y
estimulantes. Su composición nutricional puede variar mucho; se rellenan con
distintos elementos y hasta se pueden decorar con otros productos como coco o
azúcar.
Roscón de Reyes. No es tan calórico como los
otros dulces navideños, no obstante, sería conveniente limitar su consumo a la
comida de Reyes o, si ha sobrado, se podría tomar en el desayuno de días
posteriores.
En
el caso de los niños diabéticos, es
muy importante prestar atención a las etiquetas de los productos. En la
actualidad se comercializan dulces cuyo envasado especifica "sin azúcar
añadido" y esto puede llevar a confusión al consumidor. Si el azúcar común
(sacarosa) se ha sustituido por fructosa, el producto contendrá las mismas
calorías que la variedad original. Por lo tanto, no debemos fiarnos solo del mensaje
más vistoso del envoltorio, sino que deberemos comprobar también la etiqueta,
al compararla con otro producto similar. Para que un alimento sea apto para
diabéticos, no deberá contener más de 0,5 g de
azúcar por cada 100 g de producto.