Guía
higiénico-alimentaria para personas de edad avanzada
1.
Controlar
el peso y prevenir estados de malnutrición. El colectivo de
personas mayores es el que mayor prevalencia de desnutrición presenta. Un IMC
menor de 17kg/m² o pérdidas de peso superiores a 5kg en 6 meses pueden indicar
un estado de malnutrición.
2. Consumir
una dieta muy variada y equilibrada. Es muy importante consumir una
dieta variada diariamente que incluya alimentos de todos los grupos. Antes
que disminuir mucho el volumen de las comidas es preferible gastar la
energía sobrante haciendo más actividad física (más tiempo de paseo,
natación, bicicleta, baile o gimnasia). Dietas muy hipocalóricas pueden
conllevar deficiencias importantes.
3. Consumir
diariamente dos o más raciones de verduras . Consumir 3 o más raciones de fruta y al
menos dos de lácteos. Aportan
cantidades importantes de vitaminas, minerales, fibra y agua. También
sustancias antioxidantes. Las preparaciones culinarias son las comentadas
anteriormente. Para las ensaladas no abusar del aceite de oliva, ya que aunque
es cardiosaludable, continúa siendo una grasa y por tanto, aporta bastantes
calorías. Por otro lado, aderezos como el vinagre de manzana o de vino, limón,
etc., no aportan calorías.
Es
importante el consumo de frutas, verduras y hortalizas, en primer lugar porque
los ancianos pierden paulatinamente capacidad de absorción, además
debido a los múltiples fármacos que toman son frecuentes las interacciones
fármaco-nutriente (por lo que disminuye su absorción y cantidad en el
organismo). Por tanto, el aporte de micronutrientes debe estar garantizado
para no tener deficiencias. Además, son fuente de fibra y agua que ayudan a
contrarrestar el estreñimiento, que padecen muchos ancianos. Por último,
su elevado contenido de agua previene la frecuente deshidratación que
aparece en los ancianos, ya que con la edad disminuye la sensación de sed,
además de que el riñón se vuelve más ineficaz dejando pasar proteínas y
electrolitos que arrastran agua acentuando así la deshidratación.
4.
Limitar
la ingesta de sal y azúcar. En los ancianos los sabores dulce y
salado son los más disminuidos, por tanto, es muy importante la presentación
de los platos para estimular el apetito, junto con el uso de saborizantes,
hierbas aromáticas, ajo, etc. Respecto al sabor dulce, limitar el consumo
de azúcar, usando preferentemente edulcorantes como sacarina, aspartamo,
acesulfamo o ciclamato.
Recordar
que en los ancianos son muy comunes patologías como la hipertensión y la
diabetes.
5.
Modificar
la textura y consistencia de la comida y facilitar la deglución. En
personas con dificultad para masticar o tragar (disfagias) será
necesario cortar, picar, hacer purés… Para facilitar la deglución, la comida ha
de quedar jugosa. Añadir cremas, jugos, salsas o sopas aumenta la humedad de
los alimentos, ayudando así a tragarlos mejor. Las alteraciones del gusto
son importantes en estas personas por lo que se deben potenciar los sabores,
olores y que la presentación sea lo más agradable posible a la vista. Para
personas con boca seca, dar alimentos o bebidas ácidas o dulces, para
estimular la secreción de saliva, como: limonada, zumo de arándanos, cubitos de
hielo, caramelos duros sin azúcar, chicles, polos de hielo.
6.
Asegurar
la ingesta de líquidos. Como se ha comentado, con la edad la sensación
de sed disminuye, por tanto, cuando un anciano muestra sensación de sed, la
deshidratación está más avanzada que en un adulto y la reposición de líquidos
ha de ser inmediata. Además, el riñón pierde funcionalidad y ya no
filtra con tanta eficacia, lo que favorece la deshidratación.Los zumos
de fruta, de verdura natural y las infusiones son una buena alternativa para no
beber siempre agua. Evitar las bebidas azucaradas, por la menor respuesta
insulínica y también las carbonatadas, ya que un exceso de gas empeora el
estado de estreñimiento.
En caso
de insuficiencia renal, consultar con el nefrólogo, ya que se debe beber en
consonancia con lo que se orine.
7.
Moderar
el consumo de café y bebidas excitantes y suprimir o moderar el consumo de
bebidas alcohólicas. En caso de que no exista contraindicación se
permitirá el consumo de 1 o 2 vasos de vino, preferiblemente tinto, por
su contenido en antioxidantes. Debe evitarse el consumo de mezclas y licores de
alta graduación.
8.
Practicar
ejercicio físico moderado y de manera
regular, según las posibilidades. En general es recomendable andar todos
los días. También es muy recomendable el baile, el golf y la natación
o gimnasia acuática. Y si las articulaciones lo permiten, correr o ir
en bicicleta a ritmo suave y sin demasiado desnivel.
En caso de incapacidad realizar ejercicios de estiramientos o gimnasia
respiratoria.
9.
La
comida se ha de procurar que sea apetitosa, agradable.Siempre que sea posible
compartir mesa y fomentar la comunicación y relaciones sociales.