- Ponerse metas factibles a corto plazo. Ver cumplidos pequeños objetivos durante el proceso nos refuerza constantemente y nos motiva a continuar, comprobando que vamos consiguiendo cambios. (Por ejemplo la pérdida de peso durante la semana, mes...).
- Seguir una dieta con alimentos que nos gusten en la medida de lo posible. Aquí tiene un papel fundamental nuestras compañeras nutricionistas que pueden individualizar al máximo cada programa, logrando diseñar una dieta teniendo en cuenta los gustos de cada persona en la medida de lo posible y sus características individuales (Por ejemplo una persona que retiene líquidos junto con sus preferencias alimenticias seguirá un programa diferente a una persona con la tensión baja y sus preferencias).
- Recompensas puntuales y adecuadas. Todo esfuerzo se merece su recompensa, pero en su justa medida. Si estoy cumpliendo “las normas” puedo permitirme un capricho de manera puntual, que actuará como reforzador positivo para continuar con el proceso. (Nuestro nutricionista sabrá orientarnos sobre dichas recompensas.)
- Conocer bien los beneficios de los alimentos que tomaremos. El hecho de conocer cada alimento y sus beneficios modulará la percepción que tenemos de él y nuestra actitud hacia su ingesta, porque sabremos adecuadamente en que nos ayuda este alimento. (Por ejemplo hay quienes no prueban el plátano por su fama de engordar mucho, ¡falso!….Por ello resulta tan interesante este blog, que nos da una información muy valiosa e interesante sobre mitos de determinados alimentos.)
- Empezar a hacer ejercicio es un hábito muy saludable en general y muy indicado en las dietas en particular. Si empezar a hacer deporte nos supone también un gran esfuerzo, es recomendable empezar hacer poco a poco e ir aumentando la intensidad progresivamente. También es adecuado elegir una actividad divertida/placentera para nosotros o en la que seamos competentes, para que aparte del esfuerzo, se disfrute en su práctica. (Recordemos lo que hablábamos de las consecuencias negativas: si el primer día nos machacamos o elegimos una actividad que no nos gusta la consecuencia será no disfrutar del ejercicio y solo resultará ser un gran esfuerzo…por lo que seguramente al día siguiente no estemos nada motivados para volver a hacerlo)
En definitiva, no nos olvidemos de que a parte del
esfuerzo que debemos aceptar, habrá muchos aspectos
positivos que obtendremos de la mejora de nuestros hábitos alimenticios.
¡Ánimo a todo aquel que dé el paso y sobretodo, poneros
en manos de buenos profesionales de la
alimentación que harán del proceso algo mucho más fácil y saludable!
0 comentarios:
Publicar un comentario