ALIMENTACIÓN EN EL ADULTO
La etapa de la vida
de un adulto es el período de tiempo más largo que lo comprende, por ello es
imprescindible llevar a cabo una correcta alimentación. Esta debe ser SUFICIENTE,
EQUILIBRADA Y VARIADA. SUFICIENTE
porque cada individuo necesitamos unas aportaciones energéticas mínimas, EQUILIBRADA porque debemos aportar todos los macronutrientes y
micronutrientes en los porcentajes adecuados a diario, y finalmente debe ser VARIADA porque debemos incluir en la dieta
todos los grupos de alimentos.
Al alcanzar la etapa
adulta, nos comienzan a surgir nuevas preocupaciones sobre la salud
características de la edad, como la aparición de actividades más sedentarias
(por el trabajo), una menor motivación para realizar ejercicio físico y cambios
fisiológicos característicos de la edad, como es la menopausia en las mujeres.
Pero además, surge la aparición de enfermedades degenerativas que se cronifican
con el tiempo y la edad. Tales como la hipercolesterolemia, la ateroesclerosis,
la hipertensión arterial, la obesidad, la diabetes, la osteoporosis, etc.
Aunque debemos tener
en cuenta la importancia del marco de la sociedad, está ha creado un canon sobre
la imagen corporal muy limitado, que influye directamente sobre nuestras preocupaciones,
y decisiones, incrementando nuestros pensamientos negativos y acciones erróneas
que influirán sobre nuestra salud.
Por todo ello, la
correcta alimentación está considerada como el mecanismo imprescindible para alcanzar
una buena salud y además de un adecuado estado físico. En esta etapa debemos
tener un mayor control sobre la alimentación y la nutrición, y concienciarnos
sobre la importancia de las decisiones que tomemos. Podemos prevenir o reducir sus
efectos o consecuencias, si llevamos a cabo una adecuada alimentación junto con
actividad física, pero sobre todo recibir por un profesional, una correcta
educación nutricional, que nos servirá y ayudará el resto de nuestra vida.
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