23 abr 2012

Necesidades nutricionales en la adolescencia



Durante la adolescencia se producen cambios importantes en la composición corporal. Aumenta el ritmo de crecimiento en longitud y aparecen fenómenos madurativos que afectan al tamaño, la forma y la composición corporal, procesos en los que la nutrición juega un papel determinante. Estos cambios son específicos de cada sexo. En los chicos aumenta la masa magra más que en las chicas. Por el contrario, en las niñas se incrementan los depósitos grasos. Estas diferencias en la composición corporal van a influir en las necesidades nutricionales.

Las ingestas recomendadas en la adolescencia se relacionan con el ritmo de crecimiento o con la edad biológica, ya que el ritmo de crecimiento y el cambio en la composición corporal, van más ligados a esta.

El principal objetivo de las recomendaciones nutricionales en este periodo es conseguir un estado nutricional óptimo y mantener un ritmo de crecimiento adecuado, lo que conducirá a mejorar el estado de salud es esta etapa y en la edad adulta, así se prevendrán las enfermedades crónicas de base nutricional adultas.

Las referencias más utilizadas para valorar las necesidades nutricionales son actualmente las DRI, o ingesta dietética de referencia, que incluye un concepto más amplio de mejorar la calidad, el riesgo y la prevención de las enfermedades crónicas y el límite máximo tolerable.

Los requerimientos son únicos para niños hasta los 11 años y diferentes según sexos a partir de esa edad. Las DRI en este grupo pueden consultarse en la página www.nap.edu, aunque los principales nutrientes están representados en la tabla 1.




Las proteínas recomendadas son de 1g/kg para ambos sexos entre los 11 y 14 años y 0,9 para varones y 0,8 en mujeres desde los 15-18 años. Deben aportar entre el 10% y 15% de las calorías de la dieta y deben ser predominantemente de alto valor biológico (animal).

En relación a la ingesta de grasa, sirven las recomendaciones generales de una dieta saludable.

Los hidratos de carbono deben representar entre el 55-60% del aporte calórico. Se aconseja que este aporte sea en su mayoría en forma de carbohidratos complejos, aportados con los cereales, frutas y vegetales, que constituyen además una buena fuente de fibra. Su cálculo se realiza sumando +5 a la edad de los niños.

En este grupo de edad las necesidades de vitaminas aumentan respecto a otras etapas, debido al crecimiento acelerado y al aumento de los requerimientos de energía. Necesitan un aumento de B1, B2 y B3 ya que estas vitaminas intervienen en la obtención de energía a partir de los macronutrientes. La vitamina B6 y acido fólico (B9) son necesarias en la síntesis de DNA y RNA, y las vitaminas A, C y E participan en la función y estructura celular.

Las necesidades de minerales también están aumentadas en la adolescencia, sobre todo en hierro, cinc y calcio, no cubriéndose en muchas ocasiones con la dieta. Existe un una mayor demanda de hierro debido al incremento de la masa magra y al volumen sanguíneo y la ferropenia (déficit de hierro en sangre) es la afección mas común en esta edad (la padecen de un 10-15% de las adolescentes). En ellas habría que aconsejar alimentos ricos en hierro y un aporte adecuado de vitamina C, que ayuda a absorber el hierro.

Las ingestas de calcio, fósforo y magnesio rondan los 1.300 mg/día de calcio (1L de leche al día y/o derivados) que la mayoría de los adolecentes no llegan a alcanzar.

Una dieta variada y equilibrada, con el aporte calórico total recomendado, es la mejor garantía para la ingesta correcta de otros minerales tales como el cinc, magnesio, cobre, cromo, fósforo y selenio.

Si estáis interesad@s en saber más de las vitaminas y minerales, como sus funciones y los alimentos que los contienen, pincha aquí!
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1 comentarios:

Unknown dijo...

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