Los siguientes puntos son una síntesis de las recomendaciones preventivas
que pueden contribuir a prevenir determinados tipos de cáncer y otras
enfermedades crónicas; y en todo caso, también son útiles para seguir una dieta
saludable.
La evidencia de que las dietas ricas en verduras
y frutas protegen contra el cáncer es clara, así como también legumbres y
féculas poco elaboradas, aunque en
este último caso la evidencia no es tan consistente. Ésta será una dieta con
alimentos poco calóricos. Sin embargo, esta recomendación no significa que las
dietas vegetarianas sean más protectoras que dietas que incorporen cantidades
moderadas de carne.
Aquella persona con un índice de masa corporal
entre 25 y 30 se considera con sobrepeso, mientras que cuando supera 30 se
considera con obesidad.
El índice de masa corporal se calcula
dividiendo el peso en kg por la altura en metros al cuadrado.
Por ejemplo, para una persona que pesa 65 kg y tiene una altura de 1 m 62 cm: 65 / 1,622 = 24,77
(por poco, pero no se considera sobrepeso).
Entre los tumores relacionados con la obesidad
se encuentra el cáncer de cuello de útero, el de mama en mujeres
postmenopáusicas y el de riñón.
Existe
la evidencia clara de que efectuar una actividad física moderada de forma continuada puede contribuir a prevenir el
cáncer de colon, además de ayudar a evitar el sobrepeso y la obesidadd. La actividad física que
se recomienda consiste en caminar a paso ligero (6 km/h ) una hora por día,
tres veces por semana o más, o algún tipo de ejercicio similar.
· Comer entre 600 y 800 gramos diariamente
de legumbres, cereales (grano), tubérculos y otros alimentos de origen vegetal
Las dietas ricas en cereales integrales y en
legumbres posiblemente reducen el riesgo de cáncer de estómago, y las dietas con alto contenido en féculas pueden
ayudar en la prevención del cáncer de colon. Hacer este tipo de dietas con
cereales y legumbres aporta carotenoides y vitaminas C y E, que pueden proteger
contra diferentes tipos de cáncer.
·
Evitar el consumo de alcohol. En el caso de que se
consuma, se tiene que limitar a dos copas o menos por día en los hombres, y a
una copa o menos por día en las mujeres
Diferentes estudios han mostrado de forma
convincente que el consumo de alcohol aumenta el riesgo de sufrir cáncer de
cavidad oral y faringe, laringe, esófago e hígado. Por otro lado, hay que tener en cuenta que es más
probable que la persona que bebe también fume, lo cual multiplica el riesgo de
sufrir cánceres como el de cavidad oral, de laringe y de esófago. Otros
cánceres que posiblemente están relacionados con el consumo de alcohol son el
de mama y el colo-rectal. Los beneficios de consumir pequeñas cantidades de
bebidas con alcohol, como el vino, para prevenir algunas enfermedades cardiovasculares,
hacen que el consumo recomendado se limite a una o dos copas al día de bebidas
con contenido alcohólico.
·
Limitar el hecho de comer carne roja (ternera,
cordero, cerdo) a menos de 80
gramos diarios. Es preferible comer pescado, pollo u
otros tipos de carnes
Las dietas que contienen cantidades elevadas de
carne roja (ternera, cordero o cerdo) o basadas en productos elaborados a partir de
estas carnes probablemente incrementan el riesgo de sufrir cáncer colo-rectal, y posiblemente aumentan el riesgo de sufrir cáncer de
páncreas, próstata, mama y riñón. Sería conveniente que las calorías aportadas
por este tipo de comidas no supere el 10% del total.
Las dietas ricas en grasa de origen animal posiblemente incrementan el
riesgo de sufrir cáncer de pulmón, mama, colo-rectal, de endometrio y próstata. Por otro lado, hay que tener en cuenta que estas
dietas incrementan notablemente el riesgo de obesidad.
· Limitar el consumo de
alimentos conservados en sal. Evitar comidas que se hayan podido estropear por
estar mal conservadas
Estos alimentos probablemente incrementan el riesgo de desarrollar cáncer
de estómago. Actualmente ha disminuido
considerablemente el uso de la sal y de determinado tipo de conservantes, y
tomar alimentos que los contengan, de forma ocasional, no supone ningún riesgo.
·
Evitar alimentos
chamuscados. Comer sólo ocasionalmente carne hecha a la barbacoa, así como
alimentos curados o ahumados
Las dietas compuestas por alimentos que en su cocción se chamuscan
probablemente aumentan el riesgo de cáncer de estómago, y cuando se hacen en barbacoas o muy fritos
posiblemente se asocian con un aumento de riesgo de cáncer colo-rectal. Este
tipo de cocción produce aminas aromáticas que pueden ser carcinogénicas. Los
alimentos ahumados pueden contener hidrocarburos policíclicos aromáticos que
pueden ser carcinogénicos.
· Las recomendaciones dietéticas anteriores hacen
innecesario el consumo de suplementos vitamínicos
Seguir una
dieta como la descrita hasta ahora hace que no sea necesario tomar ningún
suplemento vitamínico. Es más, no se ha demostrado que cuando las vitaminas se
toman como suplementos reduzcan el riesgo de desarrollar un cáncer.
Está comprobado que el tabaco es un factor de
riesgo en las enfermedades cardiovasculares, además de las afecciones asociadas
los cánceres de pulmón, el infarto al miocardio, y el enfisema pulmonar. No nos
olvidemos del riesgo de úlceras estomacales y de reflujo ácido, así como de la
enfermedad de las encías
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