Aprovechando que el pasado 14 de
Noviembre fue el Día Mundial de la Diabetes, se me ha prestado la
oportunidad de colaborar en este blog, gesto que agradezco
enormemente y que espero que con mis palabras, pueda ser de ayuda.
Haciendo referencia al lema mundial
propuesto para tal día “Protejamos nuestro futuro”, quiero con
esta entrada evidenciar y defender la práctica de ejercicio físico
dentro de la diabetes, pues gracias a ella, podremos protegernos ante
complicaciones futuras y en muchos casos, prevenir la diabetes tipo 2
como tal.Pero los beneficios no sólo son a
largo plazo, sino que en nuestro día a día, haciendo deporte
podremos aprovecharnos de todos los efectos positivos que con el
ejercicio obtendremos.
Antes de que nombre estos beneficios,
me gustaría recordar que si queremos comenzar a sumar a nuestra
rutina el ejercicio, es conveniente que en la diabetes exista cierta
estabilidad, pues sino el deporte favorecerá a una mayor
descompensación.
Por ello, tendremos que tener algunas
pautas clave bien aprendidas, como son:
- la contabilización de hidratos de carbono (raciones),
- saber que insulina ponerse ante cualquier comida que vayamos a ingerir y
- llevar un registro de ello, bien manual o en nuestro medidor, pues una vez que empecemos la práctica deportiva, iremos disminuyendo la dosis poco a poco y sino tenemos claro tales pautas, posiblemente sufriremos variaciones en nuestra glucemia y no sabremos adaptarnos correctamente a ello.
Así, como ya he dicho, el deporte nos
ayudará a que la dosis de insulina que necesitamos sea menor que
ante una vida sedentaria, siendo el primer efecto del cual nos vamos
a beneficiar.
Esta reducción supone que ante una
misma cantidad de hidratos de carbono, la dosis de insulina que
necesitemos sea menor pues nuestra sensibilidad a la insulina
aumenta y dado que la diabetes tipo 2 se caracteriza por que el
cuerpo crea una resistencia a la insulina, esta mayor sensibilidad es
un beneficio muy a tener en cuenta.
En la diabetes tipo 1, aún no
existiendo tanta resistencia, optimizaremos el rendimiento de la
insulina que inyectemos a nuestro cuerpo, por esa mayor sensibilidad
ante ella.
Y entonces, nos encontramos con el que
es para mí el mayor beneficio que nos aporta el deporte, y es esa
mayor independencia ante la diabetes. El sentir que para una misma comida nos
tenemos que inyectar casi la mitad de la dosis que nos deberíamos de
poner si no hiciéramos deporte, es una sensación que solo
comprenderán realmente las personas con diabetes, pero que es
increíble.
La satisfacción de sentirte menos
dependiente, incluso el poder tomar pequeñas cantidades de hidratos
sin tener que recurrir a la insulina porque tu propio cuerpo es capaz
de asumirla sin producir grandes variaciones en tu glucemia, produce
como digo, una sensación de libertad que hace que merezca la pena el
emplear unas horas de la semana a hacer deporte.
Si de normal el deporte nos otorga
múltiples beneficios que creo que no hacen falta recordarlos, en la
diabetes hay que sumar los aquí nombrados, destacando también que
gracias a esta práctica, nuestra glucemia se verá estabilizada en
cierto modo dado que el trabajo muscular realizado convertirá
nuestros músculos en “esponjas” para los hidratos.
Por otra parte, el deporte requiere que
adquiramos nuevas pautas a realizar antes de ponernos en marcha. La
que considero más importante es la prueba glucémica antes del
ejercicio, dado que de nuestra glucemia dependerá bien el tomar una
cantidad de hidratos de carbono considerando la intensidad del
ejercicio que vayamos a realizar o bien el inyectarse alguna dosis de
insulina si tenemos una hiperglucemia.Para esto último se necesita cierta
experiencia y conocer nuestro cuerpo óptimamente, pues podemos
favorecer una hipoglucemia si nos excedemos en la dosis.
Otros aspectos importantes son el
realizar el deporte en compañía y sobretodo en las primeras
sesiones para prevenir “sustos” que se puedan dar, el tener
siempre a mano glucosa bien azucarillos, bebida con hidratos,
chocolatinas, etc. puesto que siempre existirá la posibilidad de
sufrir una hipoglucemia y tendremos que corregirla rápidamente o
también, el saber interpretar nuestros síntomas correctamente, pues
a veces el cansancio puede enmascarar una posible hipoglucemia.
Como podemos observar, los primeros
pasos en la práctica deportiva dentro de la vida de una persona con
diabetes resultan difíciles y debemos de ir ganando experiencia poco
a poco para solventar los problemas y todo ello lo conseguiremos
aprendiendo a escuchar nuestro cuerpo y saber en cada momento lo que
se necesita.
Y aunque parezca un obstáculo que nos
puede echar para atrás a la hora de hacer ejercicio, desde aquí
animo a cualquiera de que lo intente, pues existen profesionales que
nos pueden guiar y ayudar a ello y con paciencia y un poco de cabeza,
los objetivos y nuestro límite solo los marcaremos nosotros
Rodrigo Martín San Agustín, que además de tener diabetes, entrena en un grupo de élite a manos de Jose Peiró y pertenece al club de atletismo
Huracan Fent Cami.
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